lunes, 11 de julio de 2011

¿Qué significa el triunfo de Macri?



Varias son las lecturas que pueden hacerse del triunfo de Mauricio Macri en su carrera para conservar la jefatura de Gobierno.
Por un lado destaquemos que Macri se ha movido con un caudal de votos que se diferencia poco de la última elección. Apenas ha sumado unos puntos. Esto significaría, de hecho, que a esta altura de los acontecimientos cuenta con una fuerza propia en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires. Estas circunstancias representan un resultado positivo, teniendo en cuenta que ha mantenido los votos luego de una gestión que se ha enfrentado con una oposición rabiosa. Sin embargo supone el peligro de dejarlo con un caudal propio, pero demasiado rígido de cara al próximo ballotage.
Macri debe tener en cuenta que una cosa es la gestión, y los votos que con ella ha cosechado, y otra cosa es el arreglo político posterior, sobre todo si tenemos en cuenta que la oposición se podría juntar bajo la acogedora ala del gobierno nacional.
Sin perjuicio de ello, la oposición, liderada a estos efectos por la fuerzas de Pino Solanas Tellerman y Lopez Murphy, deberá tener en cuenta las repercusiones, a nivel nacional de una posible alianza con las fuerzas del “Frente para la Victoria”.
Por otra parte el gobierno nacional sigue mostrando un autismo notorio. Aníbal Fernandez, desde su notorio twitter, diciendo que “no han podido parar el aluvión de votos”, representa un evidente intento de negar lo innegable. ¿Creerá acaso que negando la pared, la pared desaparecerá?
Es cierto, han hecho la mejor elección de la historia…,¿pero es con fuerza propia? ¿Alcanza eso?
Y aún más. Si las actuales tendencias se confirman… ¿le conviene al gobierno nacional arriesgarse a perder una nueva elección, sobre todo teniendo en cuenta el raid eleccionario que se avecina? ¿Se presentará Filmus al ballotage?
Nos quedan, en definitiva, varios interrogantes, y una sola certeza:
¿Tomará debida nota, dentro de sus mismas fuerzas, que el representante de la Cámpora, Cavandié tuvo que lidiar con la triste figura del destituido jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra?
¿Reconocerán las encuestadoras oficialistas que no se puede condicionar al electorado con la difusión de encuestas tendenciosas?
Son muchos interrogantes.
¿La certeza?
En definitiva, la ciudad de Buenos Aires ha demostrado, una vez más, que no quiere, ni a los “K”, ni al Partido Justicialista.
¿Acusarán recibo?

Carta de Messi

Escribo esta carta, con los oídos todavía llenos de los silbidos, que recibiera el día del empate con Colombia, y pienso que no me queda más remedio que dirigir esta carta abierta a la población argentina.

Se supone que soy el mejor del mundo. ¿Quién lo supone? No lo tengo claro. ¿Qué significa ser el mejor del mundo? Tampoco lo sé.

Sólo sé que soy un jugador de fútbol al que le ha ido bien. También conozco, y recuerdo mi historia.

De muy chico comencé a jugar al fútbol. No tuve más infancia que la del esfuerzo y el sacrificio para llegar hasta dónde yo sabía que quería llegar. En el medio sucedió lo impensado: mi físico no se desarrollaba de modo tal que pudiera jugar como profesional. La única solución era un tratamiento muy costoso, fuera del alcance de mi familia. Busqué apoyos en la Argentina, mi país, pero no los encontré. Con mis padres golpeamos puertas en vano. Nadie quería arriesgar en un pequeño niño. Incluso River me cerró sus puertas, pensando que no valía la pena.

En ese momento un club extranjero se interesó por mí. Puso tiempo, dinero, médicos. Contuvo a mi familia para que estuvieran cerca de mí. Sin apurar los tiempos me formaron, y por último comencé a jugar. Con organización y trabajo no saltearon ninguna etapa. Ese club era el Barcelona.

Recién allí en la Argentina advirtieron que se perdían la posibilidad de un jugador, y ni lerdos ni perezosos se apuraron a concertar un partido especial de la selección argentina juvenil para evitar que yo jugara para España. Bien por Argentina.

Ahora, cada vez que juego para mi país, y conste que por ejemplo en esta Copa América he donado todo lo que cobre a obras de beneficencia, toda la responsabilidad cae sobre mí. ¿Olvidan que el fútbol es un juego de equipo? ¿Creen que las cosas pasan por arte de magia? ¿No entienden que el fútbol, como todos los deportes, es una cuestión de ganar unos pocos segundos al contrario? Hoy ya no se puede improvisar…

Quieren que Argentina juegue como un equipo local, pero no quieren el trabajo y la organización del club. Quieren que pasen cosas iguales, haciendo cosas distintas.

Sin trabajo y organización no hay modo de llegar al éxito. Ni en el fútbol, ni en ningún aspecto de la vida. A los argentinos parece no importarles nada, comerse una y otra vez a sus ídolos. No les importó endiosar una y otra vez a Maradona, con el objetivo de poder revolcarlo a continuación. ¿Y ahora siguen conmigo?

Me duele decirlo: amo a la Argentina, pero estoy cansado de los argentinos. Estoy cansado de dar explicaciones porque haya quien crea que soy el mejor del mundo. Estoy cansado de que me comparen con Maradona, o con cualquier otro. Me endiosan y después pretenden que me haga cargo de ello. Estoy cansado de que le falten el respeto a mis colegas cuando me comparan con ellos. Estoy cansado de que no entiendan que soy uno más, que cada día se levanta pretendiendo hacer bien las cosas.

Si los argentinos se dieran cuenta de que, más que exigirme milagros a mí, debieran exigir trabajo y organización a sus dirigentes, empezando por los del fútbol, las cosas podrían mejorar. Si no, no importa. Pero a mí y a mi familia déjennos tranquilos.